Deseosa de reposicionarse en el segmento trail de media cilindrada adaptándose a la norma EURO 4, Suzuki ha tenido que rehacer la buena pero envejecida V-Strom 650, que tuvo sus días de gloria hace diez años. ¡Diez años en el hipercompetitivo mundo de las motos es una eternidad! Así que ya era hora de que la marca japonesa lo actualizara.
Sin partir de cero, los ingenieros japoneses han llevado a cabo un profundo rediseño del bicilíndrico en V DOHC de 645 cc. Se han diseñado nada menos que sesenta piezas nuevas para mejorar la potencia, que sube a 71 CV a 8.800 rpm (+2 CV), así como el par a bajo y medio régimen (62 Nm a 6.500 rpm). Incorpora nuevos elementos, como un revestimiento de resina en los pistones y nuevos árboles de levas. En cuanto a la inyección, un sistema de doble mariposa se combina con nuevos inyectores de 10 orificios que mejoran la combustión y ayudan a reducir la contaminación y el consumo de combustible. En el apartado tecnológico, se introduce un sistema de control de tracción ajustable y desconectable en dos etapas. Analiza la velocidad de las ruedas delanteras y traseras, la posición del acelerador y la velocidad engranada y adapta así la potencia del motor a la inyección y la cantidad de aire. Tenga en cuenta que el ABS es idéntico al modelo anterior y no se puede desconectar, lo cual es una pena para una máquina con habilidades TT reales. Innovación: el «Low RPM Assist» que permite un arranque suave y facilita las maniobras a baja velocidad gracias a que, en cuanto el piloto acciona el embrague, el régimen del motor aumenta 300 rpm. El sistema «Easy Start» arranca la moto en cuanto se pulsa el botón de arranque. Basta una simple presión y arranca. No es realmente esencial, ¡pero es original! También se ha retocado el escape. Es más ligero y más bajo, liberando así espacio para las maletas opcionales.
En términos de diseño, la marca Suzuki sigue ahí. La V-Strom ha mantenido su aspecto adaptándose a los estándares actuales e inspirándose en gran medida en su hermana mayor, la V-Strom 1000. Un frontal bastante macizo con el habitual pico de pato. Un embellecedor de plástico negro calado oculta parcialmente el depósito, dándole un aspecto bastante original. Los faros delanteros superpuestos están rematados por un parabrisas que puede ajustarse más de 9 mm con una herramienta. La luz trasera utiliza tecnología LED. Los protectores de manos no sólo son estéticos, sino también eficaces en climas fríos, así como las luces adicionales, una de las pocas opciones que se ofrecen. ¿Buscas una moto de ocasión? Encuéntralas todas en el concesionario de motos segunda mano Crestanevada.