Kawasaki Ninja 650: una agradable sorpresa

Con la evolución del carné de moto, la reducción de tamaño ya forma parte de nuestro microcosmos. Las motos pequeñas y medianas se han rehabilitado y es probable que esta Ninja 650 mejore su imagen. La pequeña Ninja tiene una calidad de construcción muy buena. Fíjate en el bonito salpicadero.

Admitámoslo, no todas las motos tienen el mismo sex appeal y a veces hay que motivar a un probador para que se haga con una moto de pruebas. Tal vez fuera el caso de esta Ninja 650, en la que uno podría haber pensado: «Esto nunca será más que una ER-6f revisada, que incluso ha perdido 4 CV y un poco de carácter debido al cambio a la normativa Euro-4; nada que entusiasme…» Pues bien, este tendencioso razonamiento no refleja la realidad y, digámoslo bien alto: esta Ninja 650 tiene lo que hay que tener para seducir a muchos motoristas, aunque estén acostumbrados a utilizar motos de mayor cilindrada. Ha perdido algo de potencia, pero también la friolera de 18 kg, y ahora tiene un embrague antigoteo, así que ¡bien hecho Kawasaki San!

¡15 kg! La nueva montura se ha diseñado utilizando la última tecnología apreciada por la marca.

A primera vista

Aunque un poco plástica, la terminación general de esta pequeña Ninja es favorecedora, y hay una verdadera impresión de calidad; probablemente más en la versión negra que probamos -muy elegante- y que se beneficiaba de dos opciones: el silenciador Akrapovic y el muy bonito respaldo del asiento que convierte a la máquina en monoplaza ya que hay que elegir entre el asiento y el respaldo. Esto explica por qué no pudimos experimentar el viaje en dúo… El cuadro de instrumentos es completo y fácil de leer, pero no tan original como el de la Z650, ya que está basado en el de la Z1000SX.

Los semimanillares elevados se adaptan perfectamente a la mano y crean una posición de conducción similar a la de una roadster, con un apoyo mínimo para las muñecas y una altura de asiento inferior a la de la ER-6. La Ninja 650 está diseñada para atraer a una amplia gama de pilotos, y el nombre Ninja no pretende ser excesivamente deportivo, sino más bien capitalizar la sólida imagen SBK del fabricante. De hecho, el acertado frontal de la Ninja recuerda al de la ZX10R. Dispone de un parabrisas ajustable en 3 posiciones de 60 mm: en la posición inferior, la protección vuelve a recordar a la de los roadsters con una tapa de faro, y en la posición superior, el pecho queda protegido hasta los hombros (no incluidos si eres alto), lo que minimiza eficazmente la presión del viento.

Mecánicamente, se pierden 4 CV, pero el par aumenta en 1,7 Nm y se obtiene 500 rpm más bajo (ahora a 6.500 rpm). Un equilibrador está ahí para amortiguar las vibraciones, al igual que los silentblocks instalados en los soportes del motor y del manillar; en conjunto, el objetivo está conseguido y si a veces se detectan algunas vibraciones, no son en absoluto molestas. Destaca la presencia de llantas más ligeras y un sistema de ayuda al arranque similar al introducido el año pasado por Suzuki en la SV650. Hay que tener en cuenta que si el asiento no es regulable, habrá disponible un asiento alto como opción. El problema es que minimizará la protección; en nuestra opinión, no es una opción muy útil, y te lo dice un tío grande.

Una mirada más atenta

Con apenas 300 km en el reloj, es obvio que nuestra Ninja 650 no podía mostrar todo su carácter de motor, que tarda, como sabemos, entre 5000 y 6000 km en aparecer. Kawasaki no oculta que la 650, idéntica en todos los aspectos a la Z650, está diseñada para ser suave y optimizar las prestaciones y el tacto en la gama media. No se ignoran las altas revoluciones, pero el plan es claramente de nuevo no confundir a los nuevos pilotos con un motor demasiado brusco.

Y funciona: el bicilíndrico es, en efecto, muy flexible (arranca de nuevo en 3º al ralentí) y generoso en las rotaciones intermedias (digamos hasta 7000rpm). En la última parte del cuentarrevoluciones, el motor se mostraba perezoso en nuestra moto de pruebas, sin que pudiéramos definir si esta falta de empuje era consecuencia de los genes del motor o si sólo era consecuencia de su bajo kilometraje. Dicho esto, convengamos que Kawasaki ha hecho un (muy) buen trabajo porque este motor, que ya llevaba a nuestra Ninja a más de 180 km/h, es muy sobrio: de 3,9L/100km cuando se rueda en economía a 5,3L/100km cuando se saca todo lo que se puede del motor. Eso es suficiente para asegurar una autonomía suficiente con los 15L del depósito. Aunque algunos dicen sentirse decepcionados por las prestaciones mecánicas de la pequeña Ninja, no es nuestro caso: el rendimiento del motor es bastante suficiente y, a pesar de su falta de rodaje, mostró suficiente buena voluntad para satisfacer a un amplio abanico de usuarios. ¿Buscas una moto de ocasión? Encuéntralas todas en el concesionario de motos segunda mano Crestanevada.