Jaguar F-Type

A pesar de sus 7 años de carrera, el Jaguar F-Type no ha renunciado a hacer latir el corazón de los amantes de los deportivos. Este rediseño, después de una larga carrera intermedia, refina su receta original para producir uno de los GT más logrados del mercado.

En 2012, el F-Type fue la señal del resurgimiento de la marca británica. Hoy en día, se beneficia de multitud de mejoras, para no hacernos olvidar que un roadster/coupé sigue teniendo su lugar en nuestras carreteras. Aunque la estética ha evolucionado, la fabulosa línea del felino permanece intacta. ¡Uf! En el frontal, una nueva parrilla más grande está acompañada de finas luces LED. Según los diseñadores, se había pensado en ellas desde el principio del proyecto, detalla el concesionario de coches ocasión Sevilla Crestanevada… pero la tecnología de la época las hacía inviables. Ahora está hecho. Como es habitual en las renovaciones, los faros traseros también han evolucionado, adoptando una forma más angular.

Por mucho que el exterior evolucione, el interior permanece inalterado. Y es mucho mejor así. El salpicadero dinámico sigue ahí, separando al conductor y al pasajero por un asa. El único cambio es que los contadores se sustituyen por una pantalla TFT de 12,3″, que ya se ha utilizado en otros modelos de Jaguar.

Bajo su bonita capa, el F-Type se beneficia de una multitud de mejoras que convergen hacia el mismo objetivo: mejorar la experiencia de conducción. Se ha trabajado mucho en el tren de rodaje. Desde los brazos de suspensión hasta los amortiguadores, las barras estabilizadoras e incluso los silentblocks, todo ha sido revisado. ¿El resultado? Se ha mejorado la alineación y se ha aumentado la superficie de contacto de los neumáticos con el suelo. La receta adecuada para un manejo más ágil y controlable.

Las cosas también están cambiando bajo el capó. El comprimido V6 de 3,0 litros será eliminado y sustituido por una nueva versión del V8 de 5,0 litros. Este motor, que produce 450 CV y 580 Nm de par, llevará al F-Type de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos. Por lo demás, el motor de acceso sigue siendo el cuatro cilindros turboalimentado de la familia Ingenium que produce 300 CV y 400 Nm, mientras que la versión R recibe una dosis extra de potencia para igualar al antiguo SVR (575 CV y 700 Nm).

Descubrimos el nuevo F-Type y sus diferentes motores durante un viaje por carretera de más de 700 km. En las sinuosas carreteras de Portugal -incluida la N222, una de las más bellas de Europa- el felino baila de curva en curva, se tira pedos entre los muros de piedra y se gana nuestro corazón. En la versión R, el sistema de tracción total nos da un mayor nivel de confianza para ir a descubrir los efectos de las mejoras técnicas. El coche es mucho más cómodo que antes, independientemente del modo que elijas para la suspensión adaptativa. Este confort también va acompañado de una agilidad innata que hace del F-Type un deportivo mucho más controlable que esconde brillantemente sus 1,8 toneladas. Por supuesto, los 575bhp ciertamente tienen algo que ver…

Este elogio también se aplica a las versiones menos potentes. El P300 lo hace bastante bien a pesar de sus «cilindros perdidos». Pero es claramente la gama media (P450) la que da en el clavo. Menos agresivo que el R, se beneficia sin embargo de las mismas cualidades, con el confort añadido. Este motor realza perfectamente el carácter Gran Turismo del F-Type.

Es una pena: la factura sigue siendo relativamente alta. El F-Type P300 Coupe cuesta 65.000 euros, mientras que los V8 parten de 93.880 y 127.530 euros respectivamente. La versión descapotable requerirá una media de unos 7.000 euros adicionales. En resumen, el F-Type no es barato. Pero tengamos en cuenta que su competidor de Zuffenhausen, un tal Porsche 911, cuesta 20.000 euros más… ¡Así que todo es relativo!

Es cierto que el F-Type no es el coupé/roadster más práctico ni el más asequible. Sin embargo, gracias a sus nuevas mejoras en el chasis, se convierte en uno de los GT más exitosos. Y todavía sabe cómo excitar nuestras venas sensoriales cuando tomamos una curva en una carretera sinuosa.